El narco Leandro Norero habría entregado dinero al exdirector del SNAI para sus operaciones
Marcelo Lasso Saavedra, quien estuvo preso por tráfico de armas y drogas, fue amigo cercano del narcotraficante Leandro Norero en la cárcel de Cotopaxi. Lo admiraba y lo consideraba un padre. Fue testigo de lo que Norero hizo desde su llegada, cuando le cedió su celda, hasta el 3 de octubre de 2022, día de su asesinato.
El pasado sábado, a las 22:00, la Fiscalía tomó su versión. Lasso Saavedra hizo un relato detallado:
«El primer mes hubo visitas a hacerle regalos, a pedirle plata. Los primeros que llegaron a la celda de Leandro para asegurarse de que él esté cómodo y también recibir el primer pago para las comodidades que se necesitaban era el Coronel Acurio, director de la cárcel en ese momento; el abogado Gonzalo Díaz, director de máxima y el director encargado que era José Ignacio Arévalo. Empezaron a ir los guías a pedirle plata, a pedirle favores y él también les pedía que le ingresen cosas. Más que todo el agente Mendoza y el agente Moya eran los que ingresaban las balas y las armas de fuego. Personalmente, yo vi una Baby Glock y una Glock modelo 17, como las que utilizan los policías, que era la que teníamos escondida en la celda número 9 que había sido la celda del vicepresidente Glas, porque esa celda tenía un vacío en la división de metales del baño, por ahí se metía la pistola».
El amigo de Norero relató una supuesta entrega de dinero al general Pablo Ramírez, entonces director del Snai, con la intermediación de la colombiana Claudia Garzón, excomisionada de pacificación de las cárceles.
«Ella era la encargada de transmitir lo que necesitaba y quería Leandro para poderle transmitir al General Pablo Ramírez. Entre la visita de Claudia tuvimos la visita del Coronel Karolys de Inteligencia, que me revisó la celda mía que era la número 1 y la celda número 2 que era la de Negrete. Entonces Leandro le dijo a Claudia que le diga a Pablo que eso no podía hacer, que no quería más visitas de Karolys. Se le dio una cuota extra al Coronel Acurio para que Karolys no tenga ingreso a transitoria y aparte Claudia le dijo a Leandro que lo que necesitaba Pablito, porque así se refería a él, eran unos 200 mil dólares como un donativo para el Snai, pero que se lo entregue en efectivo a él y Leandro le dijo que no había ningún problema, que hable con alias Estimado, que él iba a entregarle la plata en Guayaquil. Me encargó a mí que converse con el Estimado hasta que esté entregada la plata».
Según Lasso, una semana después, Ramírez fue a la cárcel para agradecer el gesto.
«Tuvimos una visita del General Ramírez, antes del censo penitenciario, él habló conmigo porque yo era el vocero, yo era el encargado de transitoria, yo era la persona que daba la cara por el pabellón. Me dijo que muchas gracias por el dinero y que por favor les llamara, de una manera muy discreta, a Leandro y a Israel (hermano de Norero). Acto seguido yo fui a la celda número 3 y les dije que ya estaba todo hablado, que salgan nomás a hablar con Ramírez, que todo estaba en orden. Ellos salieron a hablar y se pusieron en una esquina al fondo, a donde no enfocaba la cámara, aunque igual se puede ver la salida de ellos y la llegada al lugar donde estaba Ramírez».
Norero manejaba todo, financiaba las fiestas, y era informado de los operativos en la cárcel antes de que sucedan.
«Se acabó el censo penitenciario, iban a hacer un evento que pagó Leandro. Todos los eventos de la cárcel: agasajos, celebraciones, festivales, todo salía del bolsillo de Leandro. Él incluso remodeló muchas cosas de las oficinas, en la celda de él puso una bomba de agua, por eso es que en la celda de transitoria número 3 hay agua potable 24/7. Él le dio la plata a Acurio.
Y Mauricio Naranjo, él era el que pasaba en las cámaras, siempre que iba a haber una requisa o algo era el encargado de decirnos que escondamos las cosas. El coronel Acurio también nos tenía informados, ellos le comunicaban a Leandro y Leandro me comunicaba a mí para que les haga guardar a todos sus teléfonos».
Marcelo Lasso Saavedra fue testigo de las reuniones entre Norero y otros líderes de bandas para el proceso de pacificación, de su asesinato y fue quien reconoció su cuerpo. Los detalles en una segunda entrega.
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