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Guía penitenciario habla sobre la verdad dentro de las cárceles del país

El medio de comunicación primicias accedió de forma exclusiva a uno de los guías penitenciarios asignados a la penitenciaría del Litoral, en Ecuador, el cual contó, cómo fue la última masacre y cómo es trabajar en esa prisión.

Todo empezó el sábado 22 de Julio cerca de las 16:00. estábamos de guardia normal en la Penitenciaría del Litoral a las 15:45 empezaron a golpearse con piedras los presos de los pabellones 8 y 9.

En el pabellón 9 está la banda organizada de Los Lobos y en el pabellón 8 la banda de Los Tiguerones. En este caso, Los Lobos -no sé por qué- arrojaron piedras a Los Tiguerones. Y desde el pabellón 8, Los Tiguerones les respondieron con disparos de fusiles.

Ahí empezó la balacera que duró toda la noche del sábado y continuó todo el día siguiente. Solo descansaban por momentos.

El pasado luunes, 24 de julio de 2023, cuando me acerqué a una salida de emergencia, pude conversar con un preso. Ellos dicen que lo que pasa es que Fito (cabecilla de Los Choneros) ha llegado a un acuerdo de paz con todas las bandas, menos con los Lobos.

Como Los Lobos no han querido unirse a esa paz, los otros quisieron ganar territorio. Y, a medida que escaló el conflicto, se sumaron los presos de Los Águilas, Los Latin Kings, Los Fatales en contra de los Lobos. En resumen, son todos contra los Lobos.

Él me dice que, por lo menos, habría unos 50 muertos, hasta el lunes 24 de julio. Pero que va a ser difícil reconocerlos porque están por partes, les cortaron las cabezas y las piernas. Algunos están quemados. Las imágenes que salen en las redes sociales son reales.

Para precautelar nuestra seguridad y nuestra vida, ese mismo sábado, los agentes de seguridad penitenciaria evacuamos hacia la parte externa por la vía a Daule, junto a las cárceles Regional y La Roca. Otra parte salió por la puerta principal.

Nosotros no volvimos a entrar a la cárcel. Solo hacíamos el cambio de guardia con un acta de entrega, pero sin el conteo de PPL (personas privadas de libertad), que es como se lo hace normalmente.

Esta vez incluso tuvimos que pelear con la Policía Nacional. Porque ellos cerraron la puerta y no nos dejaban salir. Hasta nos fuimos a los puñetes y nos lanzaron gas porque podrían atentar contra nuestras vidas. Había disparos, granadas, C4 y no nos dejaban salir.

En cada guardia, así como recibimos contando a los presos, también tenemos que entregar contando. Cuando no hay masacres, en un día normal, tenemos cuatro agentes por cada uno de los 12 pabellones. Ellos se encargan de contar. Además, hay otros tres guías que están en las torres que hay en cada pabellón.

También hay otros guías que se encargan de los ingresos de nuevos presos. Les llevan a los pabellones que ellos eligen, dependiendo si tienen personas que los reciben para que tengan seguridad.

Para poder contar los PPL diariamente, nuestros superiores hablan con los comandantes de las bandas para que nos permitan entrar a contar. Ahí no nos hacen nada, pero siempre es con la autorización de las bandas porque ellos manejan la cárcel. También nos autorizan para llevar a los presos a las audiencias, al policlínico o cualquier traslado.

En este caso de la masacre, la Policía tampoco entró, solo estuvieron en la parte externa, resguardando el perímetro. Esto siempre es así cuando hay conflictos, solo esperan a que se calmen y dejen de dispararse y matarse para entrar y decir que ya tienen el control.

Recién hoy (25 de julio de 2023) policías y militares entraron, talvez porque a los presos ya se les acabó el armamento y se calmaron. Nadie ingresa, pero se les entiende porque los policías también tienen familia.

Esperan que se calme y que los pillos digan: ya no queremos seguir con la guerra para entrar y, supuestamente, repeler. Pero eso es mentira, el control lo tienen las mafias y nosotros estamos solo para aparentar.

Lo que suben a redes sociales de que retomaron el control es solo para las fotos. Es mentira, para darle calma al ciudadano

Nosotros siempre salimos porque no hay quien nos ayude. Quienes iban ingresando a las nuevas guardias se dividían en grupos de 30 personas para resguardar las cuatro puntas externas del centro carcelario para evitar alguna fuga.

Trabajar en la Penitenciaría del Litoral es vivir con incertidumbre. No sabemos si hoy, mañana o pasado vaya a prenderse como se prendió el sábado. Esta es mi primera balacera y solo nos queda ponernos a buen recaudo.

No tenemos el apoyo del Gobierno. Deberíamos tener un buen chaleco, seguro de vida, que supuestamente vamos a firmar en agosto. También dicen que nos van a incrementar el sueldo, eso nos ofrecieron luego de que mataron a tres compañeras a fuera del centro carcelario.

Esta vez, al parecer, se les acabó el armamento a los presos. Pero ellos vuelven a obtenerlo, porque la Policía y de la dirección de la cárcel les autorizan a ingresar por la puerta grande. Mañana vuelven a reabastecerse”.

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