Caso Metástasis | Los chats de Mayra Salazar develan un catálogo de al menos ocho delitos que habría cometido
De Mayra Salazar se sabe que es la pieza clave en los casos Metástasis y Purga; también que sus chats mostraban una amplia red de contactos en el mundo político, judicial y delincuencial; se conoce que no le temía a involucrarse con narcotraficantes e incluso que ofrecía damas de compañía.
En cuestión de meses, pasó de ser una relacionista pública a ser operadora de una red de delincuencia organizada, ante el ojo público. Con las conversaciones, que la Fiscalía difundió, se abrió el caso Purga y se alimentó al caso Metástasis, involucrando a nuevos personajes y develando varios delitos que presuntamente cometió Salazar, con base en lo que alardeaba en los chats.
Desde lavar dinero hasta «enviar coca», son varias de las acciones que pretendía realizar o que hizo y que dependerá de la Fiscalía demostrar. Sin embargo, al acogerse al procedimiento de testimonio anticipado y colaborar con la investigación, podría aliviar las penas tipificadas en el Código Orgánico Integral Penal (COIP), siempre que la información que proporcione sea valiosa para la investigación.
Ecuavisa.com hizo un catálogo de los posibles delitos en los que podría resultar inmersa Mayra Salazar, consultando con expertos y en la ley.
Mayra Salazar es procesada por el presunto delito de delincuencia organizada
Formalmente, la Fiscalía General del Estado procesa a Mayra Salazar por delincuencia organizada, a raíz de que su nombre apareció en los chats del narcotraficante asesinado Leandro Norero y que se le identificó como pareja sentimental.
En las conversaciones hablaban de cómo acomodar las decisiones de jueces en beneficio de familiares y amigos del cabecilla, aprovechando que era funcionaria del sistema judicial. También ofrecía favores para miembros de bandas delictivas y manejaba información de alto interés, como la fuga de alias Pipo y la falsedad de esa muerte.
Los chats mostraban que manejaba un troll center, es decir, varias cuentas falsas que posicionaban cierta información en redes sociales, para difundir mensajes de grupos delictivos, ahora categorizados como terroristas.
Para el abogado penalista Alejandro Bermeo, toda actividad que favorezca a una estructura de delincuencia puede categorizarse bajo este delito. En el caso de Salazar queda claro que cooperaba reiterativamente para los intereses de Norero y otros.
Fuente: Ecuavisa
