Militares identifican injerencia de cartel mexicano en localidad de Ecuador
En la Costa del suroeste de Ecuador, las bandas del narcotráfico operan con impunidad y los aterrorizados habitantes se preguntan si las políticas de «mano dura» de su presidente son solo palabras.
En una base militar en la provincia de El Oro, cerca de la frontera con Perú, un grupo de infantes de marina se alista para patrullar el archipiélago de Jambelí.
Todos van enmascarados, sin insignias de rango, ni placas de identificación.
Puerto Bolívar se ha convertido en campo de batalla de bandas rivales que luchan por llevar la producción récord de cocaína de Colombia y Perú a Europa, Norteamérica y Asia.
La Armada encontró el año pasado unos 30 cadáveres en aguas cercanas al puerto, algunos decapitados o mutilados.
Recientemente, una bomba dirigida contra el jefe de una banda local mató a dos personas y arrasó varias viviendas.
La mayor parte del patrullaje transcurre sin incidentes. Pero al entrar en Huayala -un estero repleto de muelles destartalados y edificios de hormigón- la unidad se posiciona y los militares elevan rifles.
Observan nerviosos el revoltijo de embarcaciones y edificios, desde donde cientos de ojos les vigilan.

