Así quedó el monumento a Eloy Alfaro tras ser vandalizado
El monumento a Eloy Alfaro, ubicado en el parque El Ejido, en el centro norte de Quito, fue vandalizado por desconocidos.
En imágenes difundidas en redes sociales este martes 4 de junio de 2024 se observa como algunas partes de la estatua de bronce fueron cortadas.
La figura representativa Eloy Alfaro carece de su brazo derecho, una parte de la espada y la antorcha que sostenía en su mano.
Usuarios en redes sociales mostraron su descontento ante la destrucción del monumento que rinde homenaje al expresidente de Ecuador e iniciador de la Revolución Liberal.
Epmmop retirará el monumento a Eloy Alfaro
Ante el hecho, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) informó que la estatua será retirada temporalmente en los próximos días.
“Esta medida busca proteger la escultura mientras se evalúan las opciones de restauración más adecuadas”, puntualizó la entidad.
¿Por qué se vandalizan los monumentos?
El historiador y catedrático, Héctor López, conversó con EL COMERCIO sobre la vandalización de este y otros monumentos en la capital.
Para el investigador, la principal razón por la que la ciudadanía daña estos símbolos se debe a las ganancias que se obtiene al fundir el bronce de las estatuas.
“La gente no respeta los monumentos de la ciudad, las personas ven a las esculturas como una fuente económica por el bronce, que al fundirlo les retribuye algo de dinero”, señaló López.
Otros monumentos afectados
El historiador considera que los daños a los monumentos en la ciudad son frecuentes, y pone como ejemplo lo ocurrido con la fuente La Insidia, ubicada frente a la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
En este espacio, el Municipio de Quito remplazó a cuatro de las seis figuras de las focas de la fuente por los constantes robos.
Algo similar ocurrió con el león del monumento a la Independencia, localizado en la Plaza Grande, frente a los palacios presidencial y municipal.
En esta estatua recurrente el robo a la espada que atraviesa la espalda del león, a tal punto, que las autoridades decidieron no colocarla más, manifestó López.
¿Cuál es la solución?
El catedrático cree que para evitar este daño recurrente a los símbolos en Quito, más allá de vallar los espacios o remplazar las figuras con otros materiales, la mejor alternativa es concientizar a la gente sobre la importancia que tienen los símbolos en la historia del país.
Sin embargo, López no se muestra tan positivo, pues considera que la mayoría de la población irrespeta los monumentos con pequeñas acciones, “como al treparse a las estatuas”, dice el historiador.
“Lo más fácil es cambiar el material de los monumentos y remplazarlo por uno que no tenga valor, pero serían falsos históricos, se perdería la esencia de la misma escultura y la de la artista, se atenta contra el patrimonio”, puntualizó Héctor López.
Monumento a Eloy Alfaro
El monumento a Eloy Alfaro fue colocado simbólicamente en el centro del parque El Ejido, en junio de 2005, en la alcaldía de Paco Moncayo.
Se trata de una representación de Eloy Alfaro donde destacaban su espada y su puño levantado sosteniendo una antorcha.
La antorcha para los liberales tenía un significado valioso: “el triunfo de las ideas de la razón sobre las ideas del dogma“, afirma López.
En el caso particular de Alfaro, “es el fuego que acabó con él y sus cercanos, pero al mismo tiempo les hizo casi que mártires”, añade.
El monumento de bronce de Eloy Alfaro se encuentra frente al símbolo de la Hoguera Bárbara, que recuerda el asesinato y posterior arrastre del General por las calles de Quito, el 28 de enero de 1912.
La estatua de Eloy Alfaro tiene en su base el siguiente mensaje:
“El pueblo de Quito rinde homenaje de admiración y respeto al General Eloy Alfaro Delgado (1842-1912). Ilustre estadista y líder visionario, conductor de la única transformación revolucionaria de la historia de la República del Ecuador”.
Justamente, este 5 de junio se celebran los 129 años del Día del Liberalismo, en conmemoración a la Revolución Liberal de 1895, donde Alfaro inició su mandato.
Fuente: El Comercio
