Quito tiene un año para resolver los problemas del tratamiento de basura
El mayor problema que enfrenta el Municipio de Quito con el manejo de la basura es la limitada capacidad que tiene para el tratamiento de lixiviados, que son los líquidos que se producen por la descomposición de los desechos.
Este inconveniente se agravó desde 2022, pues la Empresa de Gestión de Residuos Sólidos (Emgirs) solo puede procesar 250 de los 400 metros cúbicos de lixiviados que se generan cada día en el relleno sanitario El Inga
Esto hace que más de 100 metros cúbicos de líquidos contaminantes se almacenen diariamente en las 13 piscinas que tiene el relleno.
La exgerenta de Emgirs, Maricruz Hernández, reconoce que “el procesamiento de los lixiviados es insuficiente. Es por eso que tuvimos que subir las cotas de las piscinas y construir una nueva para evitar que se derramen”.
Hernández dice que la actual administración municipal necesita iniciar el proceso para la contratación de una empresa, autorizada por el Ministerio del Ambiente, para procesar y descargar los lixiviados al río Inga sin provocar daños ambientales.
Actualmente, esa tarea está en manos de la empresa Green Globe, que debe procesar 52.000 metros cúbicos hasta noviembre de 2023, cuando vence su contrato con Emgirs.
El alcalde Pabel Muñoz reconoce que el manejo de la basura en Quito ha sido deficiente. Por eso, analiza declarar en emergencia la gestión de residuos sólidos, lo que incluiría al relleno sanitario.
El 10 de junio de 2023, Muñoz también constató que en las estaciones de transferencia de Zambiza (norte) y El Troje (sur), había basura amontonada que no se llevó al relleno sanitario.
“Nos dijeron que no habían evacuado porque estaban de salida los antiguos funcionarios. Es una vergüenza”, dijo. Según el Alcalde, esa basura ya fue llevada al relleno sanitario para que sea tratada.
Poca capacidad del relleno sanitario El último cubeto -pensado y diseñado para eso- en el que Emgirs depositaba las 2.500 toneladas de basura que produce la ciudad diariamente cumplió su vida útil en diciembre de 2021. Desde entonces, los desechos se colocan en “áreas aprovechables” que la empresa municipal ha identificado en el relleno sanitario.
Según el Municipio de Quito, estos espacios tienen la capacidad para almacenar basura hasta junio de 2024. Eso significa que en esa fecha debería empezar a funcionar la última área técnica, conocida como cubeto 11, que hoy no existe.
El problema es que la construcción de ese cubeto tardará, al menos un año, y aún no se ha contratado la empresa que se encargará de esa tarea. El proceso de licitación señala que la adjudicación debió hacerse el 19 de mayo de 2023, por un monto de USD 4,7 millones, pero el Municipio todavía no ha anunciado la fecha en la que dará a conocer la empresa ganadora del concurso.
Una crisis de tres años
La crisis de la basura en Quito empezó en 2019, cuando el Municipio no renovó el contrato con la empresa Villacapria para el tratamiento de lixiviados. El entonces alcalde Jorge Yunda dijo que el Municipio de Quito debía buscar otro proveedor, pues Villacapria había ganado todos los concursos públicos desde 2014.
El tratamiento estuvo detenido por más de tres años, hasta que en septiembre de 2021 Emgirs firmó un nuevo contrato con la empresa Green Globe.
Pero en marzo de 2021, el Municipio de Quito enfrentó otro problema con la entrega del cubeto 10 por parte de la Empresa de Obras Públicas.
Esa entidad municipal se demoró dos meses más de lo previsto, provocando que la basura se coloque en “áreas aprovechables” que Emgirs identificó al apuro.
Fuente: Primicias.ec: