Agentes de control de Quito denuncian acoso laboral y discriminación.

Agentes Metropolitanos denuncian acoso laboral y discriminación en la institución. Al menos tres mujeres han denunciado las irregularidades en la Fiscalía.

Mariana (nombre protegido) sufrió cistitis, una inflamación a la vejiga, y debí tomar agua constantemente. Asimismo, debía orinar de manera regular para evitar el malestar.

Ella lleva ocho años como agente de control y asegura que a partir de ese quebranto en su salud inició el acoso laboral. «Que no podía tomar agua, que no se veía bien a un uniformado estar con la botella de agua en la calle», le advirtieron sus superiores, asegura Susana.

Valentina (nombre protegido) también denuncia el maltrato que ha recibido por su color de piel. Ella es una mujer afroaecuatoriana y denuncia que sus superiores le han hecho comentarios racistas.

Ahora, ella pide que se investigue a las personas que iniciaron los actos sancionatorios contra ella, sin ninguna razón, alega. Valeria se mantiene trabajando como agente metropolitana de control, pero sufre una cuadro depresivo y de ansiedad que también afecta su bienestar económico.

En el caso de Belén, las agresiones escalaron hasta casi llegar a los golpes. Un compañero intervino para que otro no la golpeé. Ella también denunció el altercado en la Fiscalía.

Las tres mujeres han dirigido oficios al Alcalde capitalino, pero aseguran que no han tenido respuesta.