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El crimen organizado en Ecuador consolida su sofisticación por mar y aire

El uso de drones en ataques, armas de alto calibre para asaltos en aeropuerto, narcosubmarinos para transportar droga e incluso la producción de billetes falsos son algunos ejemplos de cómo las destrezas del crimen organizado en Ecuador se han perfeccionado en los últimos dos años.

«Están entrenados y cuentan con asesoramiento de alto nivel dentro de los niveles de la criminalidad», identifica Jean Paul Pinto, analista en temas de seguridad, quien expone que estas asesorías desde el extranjero replican prácticas de otros países, como el uso de drones. «Lo que hacen es emplear la última tecnología para cometer sus crímenes. Sin duda, estamos viendo una profesionalización y tecnificación del crimen».

Aunque la magnitud de este fenómeno en Ecuador es cada vez más evidente, los expertos en seguridad señalan que esta evolución del crimen no es nueva en América Latina. El error fue creer que el país no sería afectado por ello.

El uso de drones para atacar desde el aire

Esta semana en Machala, en la provincia de El Oro, atentaron una vivienda usando un dron con explosivos. El ataque ocurrió en el sector de Puerto Bolívar, donde se libra una pugna interna del grupo calificado como terrorista Los Lobos, causando daños significativos al inmueble al destruir el techo y varias ventanas.

En septiembre de 2023, hubo otra detonación sobre la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, donde un dron dejó un explosivo en el techo de los pabellones.

El dron utilizado era de tipo industrial, capaz de transportar hasta 66 libras y volar hasta 15 kilómetros. Este tipo de artefacto, que puede costar desde USD 15 000, se utiliza comúnmente en la agricultura para la fumigación de plantaciones. En las cárceles del Puerto Principal ya se habían registrado incidentes previos de ataques con explosivos mediante drones, así como de introducción de objetos prohibidos como armas a través de estos dispositivos voladores.

Lester Cabrera, doctor (Ph.D.) en Estudios Internacionales, considera que ese fue el primer indicio como un antes y un después en la sofisticación del crimen organizado, «no es algo que sea nuevo en la Región, el tema es que este tipo de fenómenos en Ecuador no se habían visto o en su defecto, no los había tenido en la magnitud de ahora».

En esa misma línea, añade Jean Paul Pinto, experto en seguridad, el uso de drones así como de fusiles se ha perfeccionando en los últimos dos años y se ha generalizado. «Prácticamente no hay grupos ilegales que no tengan drones para llevar a cabo ataques», afirmó, destacando la capacidad de estos grupos para adquirir tecnología avanzada, la cual puede ser facilitada por grupos internacionales que operan en Ecuador.

Sobre el uso de fusiles, tampoco es una sorprende en las incautaciones. Recientemente, la tarde de ayer, 27 de junio, una avioneta fue atacada en el aeropuerto de Santa Rosa, en El Oro, supuestamente utilizando este tipo de arma larga.

Para Pinto esto evidencia fallas de seguridad e infiltración en los sistemas de protección, «cada vez se están realizando golpes más complejos que antes, como el ataque a una avioneta en un aeropuerto». Esto ya ha ocurrido a nivel internacional, señala, como en Chile, donde entraron al aeropuerto en la capital para cometer un atraco.

Los narcosubmarinos también en auge sobre el mar

También se ha sumado al fenómeno la presencia de ‘narcosubmarinos’, cuyas incautaciones son cada vez más frecuentes en Ecuador. Cabrera dice que los primeros indicios de los también apodados narcosumergibles empieza a escala regional en 2002, «fabricados con fibra de vidrio que son prácticamente indetectables para los radares que funcionan en el territorio marítimo», describe.

En los últimos meses, las autoridades también han detenido este tipo de semisumergibles, los cuales transportaban grandes cantidades de cocaína y otros estupefacientes.

El 22 de enero de 2024, fueron incautados los dos primeros narcosubmarinos del año. Uno de ellos, de 15 metros de largo y color gris, fue interceptado en aguas del océano Pacífico cerca del puerto de Buenaventura, en Colombia, transportando 795 kilos de cocaína. Simultáneamente, las Fuerzas Armadas de Ecuador anunciaron la captura de otro semisumergible en el océano Pacífico, cargado con casi tres toneladas de cocaína.

Uno de los últimos casos se registró en las costas de Galápagos, cuando un semisumergible transportaba unas tres toneladas de cocaína. Las investigaciones indicaban que salió de Colombia, navegó hacia Ecuador para bordear la parte sur de las Islas Galápagos y así continuar con el cargamento hasta la frontera entre México y Guatemala.

En estudios realizados por H I Sutton, experto en inteligencia de fuentes abiertas (OSINT) y autor de varios libros sobre submarinos, fuerzas especiales y narcosubmarinos, estas embarcaciones están específicamente diseñadas como uno de los métodos utilizados por los carteles colombianos para el contrabando de drogas.

Asimismo, dice Sutton, la mayoría de ellas son fabricadas en talleres artesanales secretos en la selva colombiana. Las rutas atraviesan el Pacífico hacia Centroamérica (y luego hacia Estados Unidos), cruzan el Caribe y el Atlántico hacia Europa y el este de África.

Prácticamente todos estos submarinos son en realidad embarcaciones de bajo perfil (LPVs), diseñadas para evitar la detección al navegar con poco calado.

Según el experto Cabrera, el Gobierno debe asignar los recursos necesarios, que no se limitan únicamente a los económicos, para que no exista falta de previsión ante el avance del crimen organizado. «El problema radica en que no se anticipó que esto nos afectaría y en la magnitud con la que se ha manifestado», señala.

Destaca la importancia del talento humano para mantener actualizados los conocimientos, y menciona que otro aspecto crucial es el tiempo, ya que los procesos burocráticos del Estado a menudo reducen la agilidad de respuesta. «Actuar cuanto antes es un recurso valioso para obtener resultados más efectivos», concluye.

La máquina industrial para la falsificación de dinero

Los expertos consultados explican que la sofisticación del crimen organizado se debe al considerable flujo de dinero que las bandas locales reciben por estos delitos, así como a sus alianzas con bandas transnacionales.

Lester destaca que el fenómeno regional de estos grupos no solo implica una evolución en recursos tecnológicos, sino también un aumento en la acumulación de capital por parte de estos grupos. «La tecnología en sí no es económica, y no se trata de tecnología de primera generación, sino de última generación (…) cuentan con financiamiento que les permite acceder a ella».

En contraste, el Estado enfrenta limitaciones de recursos y debe cumplir con normativas estrictas para la adquisición de tecnología o recursos a través del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop).

Por el contrario, ellos «pueden aumentar sus capacidades para adquirir tecnología o armamentos sofisticados para cometer sus delitos», afirma Pinto, añadiendo que la gran cantidad de efectivo dificulta los controles, lo cual también ha representado una oportunidad para las mafias.

En abril de este año, la Las Fuerzas Armadas informaron la localización de instalaciones en donde se fabricaban billetes falsos en la provincia de Esmeraldas. «Se localizó una instalación donde se elaboraban y producían billetes de dólares americanos falsos, presuntamente pertenecientes al GDO Los Choneros», informó en las Fuerzas Armadas.

Fuente: Ecuavisa

Camila Becerra

Periodista egresada de la Universidad Central del Ecuador, soy locutora de radio, reportera de noticias y redactora del portal web Cero Latitud

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