El Estadio Olímpico Atahualpa será demolido
Jaime Ruiz, presidente de la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), admite que el escenario deportivo tiene serias fallas estructurales y que ya cumplió su vida útil. Por eso, no es posible remodelar. “La demolición va porque va”.
Goteras en la tribuna principal. Hierros oxidados a la vista. Pintura desgastada y una fachada impresentable. Solo tiene butacas en la tribuna. Bares viejos. Baterías sanitarias en mal estado. Las cabinas de prensa sin mantenimiento. Y el césped, en perfectas condiciones, como siempre. Así se encuentra el Olímpico Atahualpa de Quito, tras 72 años de creación.
Jaime Ruiz, presidente de la Concentración Deportiva de Pichincha (dueña del estadio), reconoce que, por más inversión que se haga, el estadio tiene deficiencias estructurales que impiden una remodelación. Por eso, la decisión es demoler el Atahualpa y construir un estadio nuevo.
El proyecto de levantar el denominado ‘Arena Atahualpa‘ sigue en pie. “No es una demagogia”, dice convencido Ruiz, aunque ya han pasado más de tres años desde que anunció esta oferta.
El proyecto de la Concentración consiste en un estadio multiusos con capacidad para 50.000 espectadores, con locales comerciales y culturales, restaurantes y un hotel de cinco estrellas.
La CDP presentó el proyecto en 2019. Se lanzó una oferta para que empresas privadas inyecten recursos y financien la construcción del nuevo Atahualpa. 10 compañías (una de Reino Unido, dos de España, cinco de Ecuador, una de Alemania y una de Colombia) mostraron su interés de invertir en el país.
Pero con la llegada del Covid-19, muchas de ellas se retiraron del proceso. Recién en 2022 se reactivó el proyecto y cuatro firmas mantuvieron su postura: Gecar (Colombia), Juego de Pelota (México), Stadi Arena (Reino Unido) y Arena Events and Venues (Brasil).
Finalmente, en este año, Gecar y Juego de Pelota ratificaron su intención de continuar en el proceso y de entre ellas saldrá la elegida para desarrollar, financiar y administrar el nuevo escenario deportivo.
Según le contó Ruiz a PRIMICIAS, el proyecto está en la etapa final, pero a su vez en la más complicada. Por ahora se están definiendo temas relacionados con el modelo de negocio y la tasa de retorno que exige la CDP para el proyecto.
“El modelo de financiamiento exige tener una corrida financiera aproximada con las características que el inversionista quiere darle al estadio. En ese sentido hay muchos puntos de vista”, explica Ruiz.
Y sostiene que el organismo pide una tasa de retorno: “Mientras el inversionista recupera la plata de lo que produce la infraestructura, la CDP no puede esperar sentada. Necesita ese ingreso como parte de la recuperación económica.
Es un análisis económico y legal que toma tiempo“. Dentro de esa etapa también se está definiendo el tiempo que estaría una de las empresas a cargo del manejo del estadio.
El nuevo estadio costaría entre USD 60 y 80 millones, reemplazaría a las pistas de patinaje y el resto del terreno serviría para instalar locales comerciales y los otros servicios de hospitalidad
Fuente: Primicias