Así fue la noche de la desaparición de Hernán Mendoza, según el testimonio del taxista
Franklin A., el taxista que movilizó a Hernán Mendoza la noche del 26 de enero, será procesado por desaparición con resultado de muerte. La Fiscalía anunció que reformulará el cargo en su contra, luego de que se confirmara que los restos hallados en el río Guayllabamba, corresponden al joven de 30 años.
En principio, Franklin A. fue procesado por desaparición involuntaria y guarda prisión preventiva. La Fiscalía General del Estado y la Policía Nacional ejecutaron la orden de detención contra el sujeto la mañana del 10 de febrero. En horas de la tarde, un juez dictó la privación de libertad para garantizar su presencia mientras dura la investigación del caso.
Otras dos personas estarían involucradas
En su versión, el amigo de Hernán, con quien salió la noche de la desaparición, aseguró que les dieron escopolamina y que a él lo dejaron en el puente de Guápulo, oriente del Distrito Metropolitano de Quito, después de robarle el dinero que tenía en su cuenta bancaria. La versión fue corroborada por el taxista.
Franklin A. sostuvo que solamente transportó a Mendoza y su amigo, por pedido de dos conocidos a quienes usualmente hacía carreras y que trajeron a los muchachos. Se trataría de Félix F. y Stalin Aponte, quienes estarían involucrados en otros casos de robo, bajo la misma modalidad.
Según el relato del conductor del taxi, los dos hombres les pidieron que los recogiera cerca del sector La Pradera a las 12:30. Cuando se subieron, le pidieron que los llevara a un «amanecedero», lo que significaría un burdel, y como todos los locales estaban cerrados, le dijeron que vaya «todo al sur». Los cuatro hombres «iban riendo» durante todo el trayecto, agregó.
En el camino, cambiaron algunas veces de rumbo hasta que Stalin le dijo que regrese por la avenida Simón Bolívar hacia el sur, «por el camino viejo a Cumbayá». El conductor dijo que los dos muchachos se bajaron «por la altura de los postes de la luz (…) porque ahí los dos jóvenes dijeron que quieren orinar y se bajaron los cuatro».
En ese sector abandonaron al amigo de Mendoza y siguieron por el sur. «Ya pasando la Forestal, Stalin dijo ‘para, para por aquí, para bajarle a este muchacho'». Así lo hicieron y avanzaron hasta el terminal de Guamaní, donde Félix le habría pedido a Franklin que le preste una llamada desde su celular, pero lo habría utilizado para sacar dinero de las cuentas de los de los jóvenes.
El taxista aseguró que aunque no estaba de acuerdo con el comportamiento de los hombres, él les hacía las carreras «porque pagaban bien». Esa noche, el pago fue de USD 50 por el trayecto hasta sus casas.
FUENTE: ECUAVISA